Miedos después de los 60: La Soledad

Existen muchas documentos e investigaciones donde la soledad tiene una connotación negativa, siempre enfatizando en cómo se manifiestan sus síntomas tanto físicos o psicológicos y como ellos impactan en su vida diaria.

La mayor cantidad de veces la vejez se asocia a una etapa de la vida donde suceden una serie de pérdidas que facilitan la aparición del sentimiento de soledad. Entre otras definiciones tenemos la de Soledad Madoz, que la describe como el «convencimiento apesadumbrado de estar excluido, de no tener acceso a ese mundo de interacciones, siendo una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros o carece de compañía para las actividades deseadas, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional».  Por otro lado, la OMS define la soledad como el sentirse solo independientemente de la cantidad de contacto sociales. El aislamiento social es la falta de conexiones sociales.  El aislamiento social puede causar soledad en algunas personas, mientras que otras pueden sentirse solas sin estar socialmente aisladas.

La relación entre la Soledad y la Vejez

¿Será posible tener una visión positiva sobre la soledad?, ¿será posible que, así como está evolucionando la visión sobre la vejez, cada vez más positiva, la visión sobre la soledad también evolucione en ese sentido?  Para resolver estas interrogantes hemos revisado una serie de documentación que sustentan la posibilidad de esta visión positiva sobre la soledad, logrando visualizar las oportunidades que aparecen y que queremos analizar y compartir en este artículo.

Según lo planteado por José Carlos Bermejo Higuera, Doctor en Teología Pastoral Sanitaria por el Camillianum – Roma (2004), dentro de sus investigaciones, señala que existe una visión superficial de la vejez, donde quizás por lógica, lo primero que pensamos, es que todas las personas mayores se sienten solas, presentando un sentimiento de tristeza o melancolía. En relación con estudios que se han realizado en España, nos da a conocer una información que en verdad logra sorprender, donde solo un 8% del total de personas mayores, que participaron en sus investigaciones, se sienten solas.

Por otra parte, uno de los principales expertos sobre la soledad en Estados Unidos, John Cacioppo, profesor de psicología de la Universidad de Chicago, no hace mención a la soledad como un aislamiento físico, sino que se refiere específicamente a la sensación subjetiva de aislamiento.

 Con lo anteriormente mencionado, no debería existir una relación directa entre las personas mayores que viven solas y la soledad, claro siempre que sean capaces de permanecer socialmente comprometidas (activas) y capaces de disfrutar de la compañía de quienes les rodean.

En las investigaciones que realiza Cacioppo, también señala que las personas mayores podrían evitar las consecuencias negativas de la soledad (vivir solos) mediante la participación en actividades, manteniendo instancias de encuentro con antiguos compañeros (de trabajo, establecimientos educacionales, etc.)  y compartiendo permanentes instancias con familiares y amigos. Estas jornadas de encuentro, les otorgan a las personas mayores la oportunidad de conectarse con otras personas por las cuales preocuparse y viceversa.

La decisión de evitar la soledad.

En los párrafos anteriores pudimos aclarar el juicio que existe sobre que “por envejecer y vivir sol@ (si es el caso) sentirás la soledad y vivirás todo lo negativo que ésta conlleva”. Además, analizando los estudios e información podemos declarar que cada persona también tiene la posibilidad de decidir el evitar la soledad.
El conocerte y aceptarte es primordial para concretar exitosamente la decisión tomada, porque si te conoces y aceptas podrás con mayor facilidad encontrar las actividades que son de verdadero interés para ti, y sin duda podrás tomar alguna de las actividades que generalmente recomiendan para combatir la soledad, por ejemplo: el salir a caminar diariamente, ir al cine o al teatro, conocer y establecer espacios de conversación con los vecinos, leer, escuchar música, pintar, tejer, asistir a actividades deportivas por nombrar algunas. Y sin duda encontrarás personas con los mismos intereses y será mucho más fácil y natural establecer una relación.

La tecnología una aliada para evitar la soledad.

La tecnología sin duda puede ser una aliada para evitar la soledad, las redes sociales hoy se han convertido en una herramienta efectiva para encontrar personas con nuestros mismos intereses, encontrarnos con personas que han sido parte de nuestras vidas en algunos episodios, como compañeros de colegio, trabajo, incluso familiares que hemos dejado de ver. También cada vez son más los espacios on line que se están abriendo para compartir, aprender y divertirnos.  Entonces la decisión sigue siendo de cada uno el atreverse, tomar una decisión y generar acciones para llevar a cabo la decisión tomada.

Las oportunidades que vienen con la jubilación.

Claramente no podemos desconocer que existen distintos hitos dentro del proceso de envejecimiento que se activan posterior a los 60 años y que apoyan la sensación de aislamiento dentro de la sociedad, nos referimos a la jubilación. La relación negativa que generalmente florece con la jubilación es que pasarán a ser personas no productivas, por ende, personas inútiles. Y justo con este hito aparecen oportunidades que muchas veces invisibilizamos, por ejemplo, el mayor tiempo para hacer, retomar o iniciar las actividades que nos gustan, tiempo para poder darnos la oportunidad de arriesgar y vivir nuevas experiencias.

La invitación es comenzar a reflexionar a temprana edad sobre que adulto mayor quieres ser y asociado a lo mismo, planificar la jubilación.

Cuando entramos en reflexión sobre que adulto mayor queremos ser e iniciamos la planificación de nuestros años dorados es un aporte conocer el termino envejecimiento. La Organización Mundial de la Salud, utiliza el término envejecimiento activo en este sentido: «El envejecimiento activo es el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez». Con lo cual, se trata de fomentar el máximo de autonomía posible, potenciar la propia capacidad para controlar, afrontar y tomar decisiones sobre la vida diaria.

En el siguiente articulo desarrollaremos el segundo miedo: Miedo a Molestar.

Escrito PARA “AMIGOS EN LATERCERA”

POR: Javier Durán –  Psicólogo Clinico

Diplomado en Salud Mental en Personas Mayores       

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